La luz atraviesa el ojo hasta llegar la retina, pasando a través de varios tejidos transparentes.
Primero pasa a través de la córnea, después del humor acuoso que rellena un espacio que llamamos cámara anterior, pasa a través de la pupila, el cristalino, el humor vítreo y llega así hasta la retina.
Si la luz no llega a estimular la retina, esta no manda estímulos hasta el cerebro, con lo que no vemos.
El cristalino es una lente natural que se encarga de enfocar la luz sobre la retina.
Con el paso del tiempo, de forma lenta, pero progresiva, el cristalino pasa de ser una estructura transparente a convertirse en una lente translúcida, opacificándose e impidiendo llegar a la luz hasta la retina. Esto es lo que llamamos catarata.
Posiblemente esté desarrollando una catarata. Cuando el cristalino se opacifica con la edad, aumenta su índice de refracción, con lo que el ojo se miopiza. Esta situación hace que compense, al menos parcialmente, su presbicia, con lo que mejora la visión próxima. Esto suele ser transitorio y aunque haya mejorado algo la visión cercana, cada vez las imágenes serán más oscuras y menos nítidas y esta mejoría desaparecerá.
Además es fácil que comience a notar otras cosas, que probablemente no le gusten tanto, como visión lejana borrosa, deslumbramientos con los faros de los coches o farolas, dificultades en los cambios de luces, etc, etc.
Lo ideal es que confirme su situación real con una revisión por su Médico Especialista de Oftalmología, que , además de descartar la existencia o no de la catarata puede detectar otras patologías en estadios incipientes.
No hay una fecha obligatoria en la que deba operarse (excepto situaciones excepcionales de cataratas hipermaduras o luxadas).
Normalmente es una decisión conjunta que debe ser tomada por el paciente y su Médico Especialista de Oftalmología. Debe valorarse las necesidades visuales del paciente, las patologías que éste padece y el grado de evolución de la catarata, así como el defecto refractivo existente, ya que la cirugía puede servir para reducir la dependencia de la corrección óptica.
Después de una Capsulotomía Posterior con Láser YAG (así es como se llama la técnica) el paciente puede ver cuerpos flotantes de tamaño variable, que son restos de la cápsula posterior que quedan flotando en el humor vítreo. Normalmente, desaparecen en un tiempo variable; hay pacientes que no los ven en ningún momento y, en cambio, a otros les duran mucho tiempo.
La Capsulotomía con Láser YAG consiste en romper de forma controlada la cápsula posterior, una parte del cristalino/catarata sobre la que se apoya la Lente Intraocular (LIO) que, con el tiempo, pierde transparencia y acaba volviéndose opaca, con lo que la visión disminuye.
Este procedimiento se realiza usando un Láser Nd-YAG (Neodymium-doped Ytrium Aluminium Garnet: Granate de Itrio y Aluminio dopado con Neodimio) que es un láser incoloro a nivel infrarrojo, una técnica no dolorosa que logra rápidamente una mejoría visual al nivel de cuando el paciente está recién operado.